viernes, 25 de mayo de 2018

Poema 20 de Marosa di Giorgio en audio


viernes, 30 de marzo de 2018



Nos une, pues, la angustia de un idéntico afán...

Juana de Ibarbourou

El 8 de marzo de 1892 en la ciudad de Melo (Uruguay) comenzaría a latir la poesía con la llegada de Juana Fernández Morales, hija del matrimonio español entre Vicente Fernández y Valentina Morales. Hasta los 18 años su vida transcurriría en el parsimonioso y colorido ritmo del campo, pues la familia se trasladaría Montevideo. Poco a poco la poeta tuvo que ir venciendo la resistencia al ruido y el afán de la capital, que después de mucho tiempo llegaría a abrazar como “su ciudad”. Entre 1918 y 1922, durante su primera estancia en Montevideo, comenzaría a escribir y a publicar sus primeras obras: Las lenguas de diamante (1919), El cántaro fresco (1920) y Raíz salvaje (1922), y las firmaría como Juana de Ibarbourou, ya que en 1912 había contraído matrimonio con el capitán Lucas Ibarbourou. Su poesía alcanzaría tal reconocimiento que en 1929 le otorgarían el título de Juana de América en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo. Entre 1930 y 1950 haría un receso en la poesía para dedicarse a la prosa y publicaría libros como Loores de Nuestra Señora y Estampas de la Biblia (1934), Chico Carlo (1944) y la obra teatral Sueños de Natacha (1945). En 1950 retomaría la poesía con Perdida. Su obra ha tenido gran resonancia a nivel intelectual, cultural, nacional e internacional: el 3 de octubre de 1947 la invitarían a hacer parte de la Academia Nacional de Letras, en 1950 presidiría la Sociedad Uruguaya de Escritores, en 1955 el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid premiaría su producción literaria y en 1959 sería galardonada con el Gran Premio Nacional de Literatura. El 15 de julio de 1979 en Montevideo partiría de este mundo, al sentir que “Se me acerca la tierra del descanso /  final, bajo los árboles erectos, / los cipreses aquellos que he cantado / y veo ahora en guardia de los muertos” (Hora morada). Su velación se llevó a cabo en el Salón de los Pasos Perdidos y tuvo el privilegio de ser la primera mujer uruguaya en ser enterrada con honores de ministro de Estado.



Fuente de la imagen: Espacio Latino

Entre su producción literaria también se encuentran: Ejemplario (1928), La rosa de los vientos (1930), San Francisco de Asís (1935), Azor (1953), Mensaje del escriba (1953), Romances del destino (1955), Oro y tormenta (1956), Canto rodado (1958), Angor Dei (1967), La pasajera: diario de una isleña Elegía (1967), Juan Soldado (1971).


domingo, 27 de febrero de 2011

Análisis crítico poema Gatos


La escena se abre con los tres gatos cantando. La poeta comienza a tejer relaciones entre la escena y el significado de las palabras. De acuerdo con el contexto, la palabra mullido –que significa material blando con el que se rellenan los colchones – cobra el significado de maullido. Vitale continúa jugando con el sonido,  aparece cierta afinidad sonora entre tras y tres. Además, en el siguiente verso prevalece la reiteración de la s. A lo anterior se le agrega la presencia de la rima abrazada. Cabe anotar que este poema en conjunto conforma un soneto lo que indica la preocupación de la poeta por guardar una simetría no sólo por la forma como se presenta el poema, sino que también la complementa con el equilibrio del sonido, aun se trata de una música del sentido.
Por otro lado, continuando con la interpretación de la escena, se encuentra que en los dos primeros versos aparece un cierto tono sacrílego al nombrar la palabra trisagio. Se trata de tres personajes unidos para  dar rienda suelta a sus travesuras, a la picardía; desean presentar su espectáculo.
El cuarto y quinto verso continúan desarrollando la travesura, que ahora comienza a cobrar forma de baile. Al leer la estrofa en conjunto se encuentra que los gatos han aparecido como objeto de contemplación, se les ha elevado al estatus de artistas. Ahora son guerreros de las alturas. Se han convertido  en los mosqueteros de las acrobacias. Se da lugar a un extrañamiento fenomenológico que permite resignificar un evento cotidiano, el salto de unos felinos en el tejado. Poco a poco se va forjando una aventura. Cabe destacar que los gatos han sido elevados al estado de mosqueteros gracias a que guardan cierta sofisticación y tienen una estrategia de movimiento que convierte a las partes del grupo en un todo.
Cuando se pasa a la segunda estrofa se advierte que hay un encabalgamiento con la anterior. Se mantiene la rima abrazada, lo cual permite la unión de ambas escenas y el establecimiento de  la linealidad. La segunda estrofa da cuenta de la fusión entre la observación y lo observado, el espectador se funde con los gatos. El número uno aquí aparece como la red de lo múltiple. Además, el hecho de que el poema apele a la unión da a entender que busca que el lector se concentre, lo llama a detenerse en la imagen en movimiento que se está gestando.
Por otro lado, los dos primeros versos de esta estrofa son una crítica a la tendencia obsesiva de la gente por indagar todo el tiempo sobre los mismos problemas, lo cual le impide dar paso a otros pensamientos más fructíferos. Precisamente, frente a estos bloqueos se encuentra una invitación a salirse del monologo mental. Se trata de una ruptura con el yo, circunscrito a un egocentrismo.
La expresión “pensamientos ajenos” remite a la corriente de conciencia, puesto que son pensamientos que existen como parte de una cadena irracional. De este modo, se aboga por acallar el ruido mental, lo que permite tomar conciencia de lo que realmente está tratando de comunicar el alma. En este caso, el espíritu busca la manera de transmitir su afectación por la escena de los gatos. A partir de este momento se entra en una comunión con el espectáculo presentado a través del parentesco entre las palabras gatos y gratos, se genera un efecto de reverberación. La poeta una vez que apela a la atención del lector también enriquece la imagen y genera lo irónico, que reitera la picardía.
La tercera estrofa sumerge al lector en un viaje espiritual, subsume lo visual fenomenológico en lo sublime, pero lo  efectúa por pasos; cada gato representa un estadio, como si se tratara de la trinidad. En este punto se podría decir que las dos primeras estrofas han sido la preparación del alma y los sentidos para la meditación. Se ha invitado al lector a cobrar conciencia de lo terreno.
Para inducir un estado de trance los gatos se han valido de su danza, que incluso ha dado paso a la alteridad. El primer gato es el principio de desnudez corpórea, de ahí que el espectador todavía no acceda a lo divino. El segundo gato invita a la serenidad de la mente y a la inserción en lo sublime, induce a la sonrisa porque ha logrado conmover el alma.
La cuarta y última estrofa se refiere a la resignificación de lo cotidiano y del pensamiento, así ,  el tercer gato conduce a la hiperlucidez con la cual el espectador ha devenido gato y, más que eso, universo gracias a que ha alcanzado un total despojamiento del yo, circunscrito ahora en un nosotros –en el todo–. El lector ha adquirido un nuevo conocimiento a través de la imagen.
Por otra parte, esta estrofa se torna hermética en el sentido de que da cuenta de una experiencia y a la vez una conclusión del alma que no necesita ser coherente, ya que obedece a un lenguaje primitivo, intuitivo; de ahí también que el lector logre devenir gato. El poema cierra con una pregunta que revela la preocupación por la  velocidad y la fugacidad con que se mueve el hombre en los tiempos actuales. Se trata de una preocupación por el desinterés  por la contemplación y en consecuencia por la interacción con el cosmos en su totalidad.

Gatos


Como tras los mullidos ves tres gatos
a su trisagio erótico ceñidos
saltar por los tejados aguerridos
como otros d´Artagnan, Portos y Athos.

Pasas a depender, no de insensatos
pensamientos ajenos repetidos
ni de tu larga deuda de descuidos
sino del paso de los gatos gratos

El primero te quita de lo humano
sin llevarte por eso a lo divino;
el segundo te anima la sonrisa;

Con el tercero, piensas, de la mano,
más cabal, de la cola del felino;
¿a qué, no siendo humanos, tanta prisa?

Obra: "Reducción de lo infinito"

domingo, 26 de diciembre de 2010

Análisis crítico poema Memoria


Cuando se recorren los dos primeros versos de este poema se encuentra un diagnóstico de la pequeñez del ser humano en el mundo, aparece el concepto de lo efímero. Lo que se vive sólo dura lo que dura una respiración. De este modo, la poeta comienza a mostrar  a la memoria como un medio de prolongación de las vivencias. Sin embargo, la capacidad de ésta es pequeña por lo que la exactitud de las imágenes guardadas poco a poco comienza a diluirse y sólo quedan indicios de realidad.

En la primera estrofa se sugiere una existencia de la nada, del vacío. Se trata de la inmensidad del infinito. Aparece la idea de que los recuerdos mueren en transformaciones que los subliman. Este poema comienza a configurarse como un tributo al pasado edénico, que debe morir para trascender en una tierra divina, por eso el pasado  se convierte en pájaro. Cabe decir que  esta imagen también está dotada de cierta plasticidad, el pájaro puede emparentarse con el vuelo del tiempo– cuya tarea es diluir las imágenes de las experiencias–.  El ave va al cielo porque ha cobrado la investidura de un dios. En este punto, los hombres se perfilan como seres que alaban sus grandes hazañas cuando las convierten en leyendas personales.

Hasta el sexto verso de esta primera estrofa la poeta ha venido utilizando palabras que guardan asociaciones de color y textura: tanto la espuma como las nubes son volátiles, etéreas y están pintadas del mismo color. Se produce la sensación de que el cielo también apareciera como una pared que se tragara esas imágenes. Las nubes dividen los recuerdos y los llenan de borrosidad porque cada una se queda  con un fragmento de realidad en busca de su reconstrucción en la mente.

En los siguientes tres  versos que comienzan a hilarse desde “Ecumene barrida” se advierte que la imagen ha comenzado a primar sobre el sentido. La poeta ha forjado una escena donde establece la conexión entre el agua y el cielo. Éste se ha transformado en un mar donde habita una sirena encargada de limpiar las imágenes del ayer, hoy y mañana. La eternidad cobra el carácter de frágil y,  más que eso, suave; su dulzura se vuelve impalpable. Aparece como la diosa que engrandece las hazañas de cada hombre. Se establece como una memoria fiel gracias a su capacidad infinita de almacenamiento, a detalle. 

En la segunda estrofa se plantea el problema de la generalidad que la historia tiende a imponer.  Va en contra del gusto de cada ser humano por sentirse gigante, a nivel del universo, con los triunfos  alcanzados y consagrados en la eternidad, lo que no le permiten las escamas del tiempo, empeñadas en borrarlos con las sacudidas de su cola. Sólo quedan los nombres, hechos y fechas que la memoria colectiva y la eternidad acuerdan fijar.

La historia aparece como una salida y una escultura de grandes proporciones, tallada de acuerdo con los intereses de los hombres, que conforman al  universal. En este punto se descubre que la poeta ha estado presentando la movilidad subyacente en la palabra historia, también memoria. Estas dos palabras se tornan relativas porque se han partido en dos: la memoria e historia particulares y la memoria e historia generales, colectivas. La segunda agobia al hombre particular porque se empeña en robarle su grandeza y él lucha por conservarla en la eternidad de su mente, allí logra convertir sus triunfos en leyenda. Se  ha retornado al principio del poema, entonces. 

La angustia por la lucha con la “gran historia” es aseverada por la poeta por medio de las imágenes a las que recurre: Quizás sequía, quimera monstruo, / derrumbe de telones,/ plomo de cielo bajo,/ cóndilo en que aún no queriéndolo, encajamos. Se trata de una denuncia a la cierta violencia ejercida por esa memoria, impone límites, somete y rompe con lo divino que el hombre se otorga con sus glorias.

La imagen que ofrecen los últimos cinco versos refuerza  la protesta de que la historia general aparece como opuesta a la libertad y la infinitud que reside al interior de cada ser humano. La escena de esos planetas en constate giro alrededor de la estrella alude a la concepción particular de la historia de los hombres. Cada uno es la Fomalhaut en torno a la cual se mueve el mundo. Así, el poema nos ha expuesto la importancia de la memoria personal.

Memoria

DE los días de gloria
la memoria es espuma
a orillas de una playa donde canta
la belleza que muere, que renace
pájaro, que se disuelve en el cielo,
pabellones de nubes:
                                         Ecumene barrida
por la cola de escamas de la sirena sola,
al cabo silenciosa.
gentil, la eternidad parece frágil,
nos cede eternidad.
                                      Así, leyenda,
Pero, si historia, entonces,
quizás sequía, quimera monstruo,
derrumbe de telones,
plomo de cielo bajo,
cóndilo en que aún no queriéndolo, encajamos.
Lo opuesto
a lo que no veremos:
                                        planetas que se tejen
en torno a Fomalhaut,
                                        distante estrella.

Obra: "Procura de lo imposible"

lunes, 2 de agosto de 2010

Análisis crítico poema: Ecuación



Este poema inaugura con la violencia de un sonido a punto de estallar. La poeta está jugando con el lenguaje. Se da lugar a la sinestesia por medio de la construcción de una imagen, el lobo sacando los dientes, que se mezcla con el sonido, el aullido del animal. A través de éste la palabra cobra mayor consistencia. No se trata de la palabra significado sino de una palabra sonido puro, lenguaje de los lobos. La palabra se ha dotado de una nueva codificación, dictada por el sonido onomatopéyico. A partir de ahora no se trata de etimologías sino que se ha dado lugar a un lenguaje más primitivo. No alude a racionalidad sino a instinto.
Por otro lado, la escena se ha congelado. Ha quedado suspendida en el instante en que el lobo está empezando a gruñir para  avisar que un cambio se está avecinando en la naturaleza. El lobo está mirando hacia el cielo y ve la transición cíclica del día a la noche. No obstante, en la segunda estrofa se presenta el detonante del aullido del lobo, la noche. Se produce un efecto de lentitud que remite al recorrido de veinticuatro horas y al día como estela suprema. Es decir, se trata de una escena en la que el día camina hacia la noche hasta que choca con la luna llena –la excitación de los lobos sugiere que se trata de ésta– que absorbe todo el brillo del día para sobresalir en la penumbra que ha provocado. Cabe destacar que la violencia del choque se acentúa con las palabras empleadas por la poeta. Se repite el sonido de la LL, lo que genera la sensación de zumbido. En este caso, signa la onda expansiva que vibra como consecuencia del choque. Además, el contraste entre las palabras callada y encalla sugiere el encuentro entre el silencio y el ruido, la calma y la violencia, lo estable y lo inestable. Se trata de un choque que ha dejado algunos vestigios tras de sí, constelaciones.
En este caso, se ha dado lugar a la constelación que contiene  a Venus. Con la potencia de su brillo se ha constituido un cuerpo resplandeciente, aunque no tanto como la luna. De este modo, con la presencia del brillo que compite con la noche se advierte un juego de contrastes creado por la poeta. Se trata del contraste brillo-oscuridad. El espacio en blanco que la poeta deja antes del último verso indica  la estela blanca dibujada en el cielo.
Se han comenzado a retratar formas resplandecientes y el cielo ha surgido como un tablero que permite apreciar un juego forjado a partir de una ecuación. Alude a la suma de la tierra, lobos, con el cielo, la noche y su luna. El resultado remite al principio, el aullido, por lo que se trata de un poema circular. Los lobos a partir de las cantidades celestes se han excitado y han emitido un ruido –una nueva palabra–. Aun, yendo más lejos, los lobos han comenzado a aullar porque han acabado de ver  a su presa  lista en el cielo, a punto de correr.
Finalmente el poema queda en la suspensión de esta escena. Deja un ambiente de tensión, lo que signa también un tiempo eterno que determina el carácter circular del poema. De este modo, el cordero remite al lobo, el principio y el lobo al cordero, el final. 

Ecuación

ÁRMASE una palabra en la boca del lobo
y  la palabra muerde.

En el movedizo fulgor del cielo
hacia el ocaso,
callada encalla, se vuelve brillo,
es Venus:

                    cordera que encandece.

Obra: "Procura de lo imposible"