lunes, 31 de mayo de 2010

Análisis crítico, "Paísaje de Arles. Van Gogh"





Este poema abre con un zoom de la particularidad de las ramas de un arbusto o quizás un árbol. Emerge el caos con la expresión “enmarañada”, lo que da cuenta de que la naturaleza no está inscrita en un orden racional, sino que obedece a otra lógica relacionada con el funcionamiento de la vida. En el tercer verso al referirse a hojas enredadas y oscuras remite a una relación color – presencia. Es decir, la oscuridad da cuenta de un desorden.
En la segunda estrofa se pasa a un juego de planos, la poeta inicia al lector en un recorrido lento que sugiere la lectura de un cuadro. Este poema está operando como un acto de traducción. La poeta traduce en palabras su percepción sobre el cuadro. Ha decidido establecer un orden de percepción a través de la partición del escenario en primer y segundo plano. En el primer plano, equivalente a la primera estrofa, ha transcrito el estado salvaje en el que la naturaleza se presenta. Lo que signa la diferencia entre lo natural y lo artificial −humano−. Ha subvertido órdenes y la segunda estrofa lo reafirma. Aparece la intervención del hombre en la naturaleza, pero no la puede someter porque el entorno la absorbe. Al avanzar al tercer y cuarto verso la poeta expone la manera de obrar de la pintura. Usa la metonimia al referirse al pincel que sugiere que Van Gogh está pintando un cuadro, en donde a través de su mano incorporada al pincel ha comunicado su concepción de la naturaleza. Lo hace a partir del manejo de distancias y, por tanto, de tamaños. Se burla de la sociedad al ubicarla en un segundo plano en el que es susceptible de perderse, así demuestra  que las opiniones humanas no son las definitivas, sino que hay más por ver. En esta subversión de órdenes se da lugar a una valoración de la naturaleza salvaje en la que sólo tiene voz y voto el pincel, el artista.
En la tercera estrofa se reafirma el desdibujamiento de  la civilización. La naturaleza reina y se está comiendo el concreto, ideas y las concepciones humanas. Se tumba la idea de la existencia de la religión porque  da cuenta de la existencia de la civilización, que quiere imperar. A la naturaleza le tienen sin cuidado las adoraciones puesto que sólo se ubica en el tiempo. Se burla del hombre.
En la última estrofa se plantea la mirada eterna de la naturaleza de Van Gogh. Además, se trata de una naturaleza que ha quedado suspendida. El cuadro ha congelado el espacio, el  tiempo y la escena. La iglesia con el transcurrir del tiempo pudo ser demolida o las flores pudieron haberse secado para siempre, ahora sólo puede ser asfalto. Al referirse a la mirada en el primer verso remite a un movimiento en la quietud. La poeta está observando la pintura y a la vez recorre hasta el más mínimo rincón de esta naturaleza. Aún, esta mirada ha comenzado a vivir en el cuadro. Luego, al cerrar con la expresión nervioso entrevero ha dotado de vida a la naturaleza y le ha dado cierto carácter de malestar. Dirige la acción hacia una naturaleza que perturba porque trata de imponerse.

sábado, 29 de mayo de 2010

Paisaje de Arles. Van Gogh.




Lo que está en primer plano
es esta enmarañada
maleza de hojas enredadas y oscuras.
Muy en segundo plano
árboles y edificios.
Es como si el pincel hubiera dicho: "Entren
pero no importan tanto"
Y entonces
quedó como empujada
–por detrás de unos árboles–
la torre de una iglesia.
Y una vez y otra vez regresa la mirada
a enredarse y quedarse
aquí dentro, en medio
del nervioso entrevero
de colores oscuros
y formas fuertes
un poco
inacabadas.


Obra: "De lo visible"

martes, 25 de mayo de 2010

Análisis crítico poema : "La mirada detrás de las palabras"




En este poema la poeta  toma a la sombra como tema. Observa lo que pocas veces es tenido en cuenta. En este caso la sombra es algo que ha pasado desapercibido. La  poeta en la primera estrofa trata de darle cierta materialidad. Los dos primeros versos se refieren a la nitidez de lo inmaterial. No se puede tocar, pero sí ver. Da la sensación de que se está haciendo teoría de la sombra, de su trazo fino. En ese sentido la poeta presenta un efecto físico.

En el primer verso con la referencia al dibujo se sugiere la sencillez, es algo espontáneo porque tiene que ver con esbozo de lo que se percibe. Es una expresión artística más natural, libre que genera un cierto efecto de contraste al pasar al siguiente verso. Las características nítido, negro dan la idea de una opacidad que brilla es la función que produce la sombra para entretener al público contemplativo. El muro se erige como un proyecto de una naturaleza que se capta en su esencia. No sólo se miran las ramas sino su sustancia, lo que recuerda a Platón y su caverna porque se sugiere el no dejarse engañar por las sombras de lo visible, sino que más bien mirar el verdadero significado de lo que se percibe a través de su sombra, es el desdoblamiento de la realidad. En cierto modo se propone un reflejo con el que se muestra una nueva forma de entender la realidad. No sólo se trata de mirar la simple rama, también es ir más allá  para captarla en su totalidad.

En la segunda estrofa se da lugar a un detenimiento que presupone el no mirar por mirar sino que ahora hay una observación consciente. Hay una mayor consciencia del mundo en el que se está. Los ojos están volviendo a explorar al mundo, lo recorren en su totalidad. La poeta hace sentir al lector partícipe del poema al decir nuestros ojos. Está llevando a cabo un trabajo conjunto. Se refiere a un solo movimiento en la quietud porque se trata del movimiento de la vista. Los ojos están volviendo a conocer todo, lo han desautomatizado para verlo en su inmanencia. Miran miles de veces porque no hay un en sí de las cosas, miran las miles de perspectivas que puede desplegar cada objeto para así construir nuevos significados mucho más profundos. A la vez, los ojos son los que reconstruyen la imagen. Es interesante que las ramas sean reconstruidas en el muro, lo que indica una nueva mirada del mundo. Captar las ramas de este modo significa sacarlas de su cotidianidad. La poeta describe un movimiento que traza una nueva percepción del mundo.

Cabe destacar que la poeta se vale de un lenguaje muy limpio, en el sentido de que no recurre a figuras retóricas. No se encuentran metáforas ni símiles, por ejemplo, se trata de la búsqueda de la palabra justa. Se evidencia un trabajo con el lenguaje a través del cual ella produce imágenes en cada estrofa. También maneja un ritmo, a través de los puntos y comas marca la velocidad con la que los ojos recorren el muro. En esta estrofa se ha propuesto una mirada global cuando los ojos están en movimiento y una mirada particular cuando los ojos se detienen a contemplar cada parte de las hojas proyectadas en la pared. Es muy importante el hecho de que el muro sea blanco porque remite a una usencia que presupone el juego de lo visible y lo invisible. El muro se convierte en la gran pizarra de realidad, es un sustrato.

En la última estrofa con el primer verso se trae la necesidad del recuerdo, lo que evidencia, una vez más, la necesidad  de eternizar la imagen. De no inscribirla dentro de la rutina, sino  que se busca que cobre un nuevo significado. Luego, a partir del siguiente verso, se advierte cómo la naturaleza se presenta como puro movimiento, puro cambio. Se asoma la presencia de lo futuro a través de las pequeñas ramas que se aprecian. Gracias al detenimiento en la sombra de las hojas se comienza a notar su cambio.

En la tercera estrofa se logra combinar sonido con imagen, en este caso une lo caótico que puede generar una conversación en la que todos desean hablar con la violencia con la que son movidas las hojas por el viento. Se ha generado la tensión de lo confuso. Muestra la manera en como una sombra puede alterarse a causa de un factor externo, lo que refuerza la captación del instante. La poeta captó el instante del reflejo de una quietud, de la  definición de una sombra que luego ha sido quebrada. En este momento se ha configurado otra sombra informe, lo que signa la indefinición de la vida. No es posible quedarse en el congelamiento de la quietud.

En la última estrofa se signa la eternidad que logra otorgar a la poesía. Se advierte la sugerencia de que más que palabras hay imagen porque lo importante es lo que se configura. Las palabras se consolidan en un material que se debe saber tratar para componer la imagen. También sirven como un medio para eternizar una porción de realidad.  En cuanto a las ramas, determinan lo relativo. Ellas están, pero no siempre iguales. En este caso construyen las ramas-sombras detenidas en la proyección del muro y guardadas en el encadenamiento de palabras. Es decir las palabras quedan definidas como un cofre que guarda las imágenes que pueden quedar del mundo en determinado momento. 

La mirada detrás de las palabras




Hay un dibujo
–nítido, negro
bien delineado–
sobre el muro: es la sombra
de aquellas altas ramas.
Nuestros ojos recorren de manera distinta
cada vez: doblan aquí o allá; se detienen, a veces
para tratar de verlo todo junto:
los caminos cruzados de las finas sombras
sobre el muro blanco.
Y hay urgencia en guardarlo en la memoria
pues le han salido a las ramas unos brotes
y también varios gajos
del futuro follaje.
Como charla aturdida
se moverán las hojas
se borrarán los finos caminos de las sombras
en la masa total de sombra informe.
Las ramas estarán, sin embargo, presentes
como mirada intensa
detrás de las palabras.



Obra: De lo visible