Este poema abre con un zoom de la particularidad de las ramas
de un arbusto o quizás un árbol. Emerge el caos con la expresión “enmarañada”,
lo que da cuenta de que la naturaleza no está inscrita en un orden racional,
sino que obedece a otra lógica relacionada con el funcionamiento de la vida. En
el tercer verso al referirse a hojas enredadas y oscuras remite a una relación
color – presencia. Es decir, la oscuridad da cuenta de un desorden.
En la segunda estrofa se pasa a un juego de planos, la poeta
inicia al lector en un recorrido lento que sugiere la lectura de un cuadro.
Este poema está operando como un acto de traducción. La poeta traduce en
palabras su percepción sobre el cuadro. Ha decidido establecer un orden de
percepción a través de la partición del escenario en primer y segundo plano. En
el primer plano, equivalente a la primera estrofa, ha transcrito el estado
salvaje en el que la naturaleza se presenta. Lo que signa la diferencia entre
lo natural y lo artificial −humano−. Ha subvertido órdenes y la segunda estrofa
lo reafirma. Aparece la intervención del hombre en la naturaleza, pero no la
puede someter porque el entorno la absorbe. Al avanzar al tercer y cuarto verso
la poeta expone la manera de obrar de la pintura. Usa la metonimia al referirse
al pincel que sugiere que Van Gogh está pintando un cuadro, en donde a través
de su mano incorporada al pincel ha comunicado su concepción de la naturaleza.
Lo hace a partir del manejo de distancias y, por tanto, de tamaños. Se burla de
la sociedad al ubicarla en un segundo plano en el que es susceptible de
perderse, así demuestra que las
opiniones humanas no son las definitivas, sino que hay más por ver. En esta
subversión de órdenes se da lugar a una valoración de la naturaleza salvaje en
la que sólo tiene voz y voto el pincel, el artista.
En la tercera estrofa se reafirma el desdibujamiento de la civilización. La naturaleza reina y se
está comiendo el concreto, ideas y las concepciones humanas. Se tumba la idea
de la existencia de la religión porque da cuenta de la existencia de la civilización,
que quiere imperar. A la naturaleza le tienen sin cuidado las adoraciones
puesto que sólo se ubica en el tiempo. Se burla del hombre.
En la última estrofa se plantea la mirada eterna de la
naturaleza de Van Gogh. Además, se trata de una naturaleza que ha quedado
suspendida. El cuadro ha congelado el espacio, el tiempo y la escena. La iglesia con el transcurrir
del tiempo pudo ser demolida o las flores pudieron haberse secado para siempre,
ahora sólo puede ser asfalto. Al referirse a la mirada en el primer verso
remite a un movimiento en la quietud. La poeta está observando la pintura y a
la vez recorre hasta el más mínimo rincón de esta naturaleza. Aún, esta mirada
ha comenzado a vivir en el cuadro. Luego, al cerrar con la expresión nervioso
entrevero ha dotado de vida a la naturaleza y le ha dado cierto carácter de
malestar. Dirige la acción hacia una naturaleza que perturba porque trata de
imponerse.