sábado, 17 de abril de 2010

Análisis crítico Poema Sorpresa y uvas

Este poema abre con el proceso de la maduración de la uva,  se advierte la presión de la vida por explotar. Asimismo, el poema parte del establecimiento de una imagen, el parral, que ha ganado terreno. Cuando la poeta expresa: “Se ensombreció el parral” no alude tanto al color que ha tomado sino que sugiere su maduración, cobró existencia visible. Además, en la primera estrofa se comienza a tejer un juego de sombras, aparece la caverna de Platón. Hay la manipulación de la sombra-luz en donde se presenta toda una oscuridad y explosión de  madurez con todas las uvas coloreadas de violeta, pero se quiebra a causa de la aparición de un brillo que proyecta la única uva a la que le falta madurar, desautomatiza lo cotidiano. Aun, esta uva evidencia una preocupación por lo macro y lo micro, simultáneamente,  para sugerir que la vida es y no es al mismo tiempo. Como hay una única uva que representa la vida en potencia se le reviste de preciosismo. Hay un especial detenimiento que la dota de una textura cristalina con la que reafirma la relatividad de la realidad, en tanto que el cristal insinúa que algo es y no lo es al mismo tiempo. En toda esta estrofa se hace evidente un zoom, primero estaba el parral en su totalidad, pero ahora ha habido un acercamiento a una de sus partes, en concreto, a la uva que aún no ha madurado.

En la segunda estrofa se reafirma la presencia de la caverna de Platón. Se descubre por el juego con los colores. Se hace referencia a que esta uva rara es blanca y traslúcida porque, de nuevo, es la vida en potencia que signa la presencia de otra dimensión en emergencia. De igual manera, tanto en la segunda como en la tercera estrofa la poeta se ha detenido en una sola uva, lo que le permite conocer el brote de la vida. No ocurre de una momento a otro sino que se configura como todo un proceso.

En la cuarta estrofa se hace referencia a la particularidad al centrarse en la uva distinta. A partir del tercer verso se crea un juego con la palabra blanco, ya que si bien ahora este techo es objeto de miradas, también se establece un juego de colores: Brillo (blanco)/ opacidad (azulamiento). Incluso, las miradas son risueñas porque comunican la felicidad inspirada por la llegada del negocio. La poeta está incluida dentro de los que miran, pero su sonrisa la hace cómplice de un secreto. De igual manera, esta sonrisa podría indicar que alguien ambiciona ese racimo.

Por otro lado, la sorpresa en este poema radica en que los observadores se dieron cuenta de que la cosecha ya está casi lista, sólo falta la uva por madurar, lo que no significa ningún problema. En la última estrofa, se da a entender que la naturaleza, cuando brota, le tienen sin cuidado la emociones y pensamietos humanos. Sólo cumple con el itinerario de su ciclo en el cosmos. El instante se ha instalado para dar cuenta de que la explosión de la cosecha signa un brote. La uva da a entender que ha consumado su llegada al mundo real. Los dos últimos versos son maravillosos en el sentido de que generan una imagen cargada de mucha fuerza. Aparece la sensación de peso, es como si la uva se hubiera caído y al hacerlo se hubiera insertado a la realidad.





Sorpresa y uvas


Como empezaron a madurar las uvas
se ensombreció el parral
pero de pronto
se vio en la sombra
−la sombra -  sol filtrada por follaje  –
brillar, casi incoloro y radiante
el cristal redondo de una sola uva
entre otras ya oscuras.

Un asombroso blanco:
nítida esfera traslúcida.
Mañana va a empezar, irrevocablemente
el proceso seguro
de su oscurecimiento- azulamiento

pero ahora
este techo opaco rodeando el raro brillo
es blanco de miradas
sorprendidas
risueñas.

La redondez perfecta las ignora.
con su orgullo y su brillo
ha pisado la uva
el primer escalón del mundo inteligible. 


Obra: De lo visible

viernes, 2 de abril de 2010

Circe Maia:



Nació en Montevideo en 1932. Cuando tenía un año de edad su padre se trasladó a Tacuarembó  en donde vivió hasta los siete años. A los diez años de edad, por voluntad de su padre, publicó su primer libro de poesía titulado Plumitas. En 1957, cuando tenía diecinueve años muere su madre, evento que influyó de manera notoria en la parte de la obra “En el tiempo”, publicada en 1957. Estudió filosofía en el Instituto de profesores Artigas. Trabajó en el Liceo de Tacuarembó  como docente de filosofía. No obstante, con la llegada de la dictadura, en 1976, es destituida de su cargo. De igual manera, cuatro años antes militares irrumpen en su casa y se llevan preso a su esposo, por  varios años. Lo anterior trae como resultado su única obra en prosa, una crónica sobre la dictadura titulada “Viaje a Salto”−publicada en 1987−. En 1983, a causa de un accidente de tránsito pierde a uno de sus hijos, lo que la sume en silencio poético por tres años; sólo hasta 1986 publica “Destrucciones”.
En 1985, una vez terminada la dictadura, es restituida en el Liceo. Cabe anotar que mientras retornaba a la docencia oficial continuó con su labor intelectual, dedicándose a traducir textos griegos, por ejemplo, obras de Odyseas Elyttis. En la actualidad dicta clases de literatura inglesa y francesa en un instituto de enseñanza privada. También ha traducido textos del francés y del inglés.
En cuanto a su estilo se encuentra que su obra aboga por un lenguaje sencillo, pero profundo. Asimismo, sus poemas recogen la cotidianidad de lo doméstico con el fin de proponer una resignificación fenomenológica y de invitar a Ver de manera consciente. Tanto Platón como San Anselmo y Lucrecio se encuentran latentes en su obra. Hay un interés por crear poemas que funcionen como proyecciones de imágenes de lo cotidiano, lo que sugiere la intención de plasmar cómo lo poético aparece en la vida diaria. El tiempo en este caso funciona a través de instantes. Cabe anotar que Maia no se interesa por componer una poesía del sentimiento por lo que tampoco aparece un yo lírico instalado; más bien le otorga voz a la realidad.