viernes, 2 de abril de 2010

Circe Maia:



Nació en Montevideo en 1932. Cuando tenía un año de edad su padre se trasladó a Tacuarembó  en donde vivió hasta los siete años. A los diez años de edad, por voluntad de su padre, publicó su primer libro de poesía titulado Plumitas. En 1957, cuando tenía diecinueve años muere su madre, evento que influyó de manera notoria en la parte de la obra “En el tiempo”, publicada en 1957. Estudió filosofía en el Instituto de profesores Artigas. Trabajó en el Liceo de Tacuarembó  como docente de filosofía. No obstante, con la llegada de la dictadura, en 1976, es destituida de su cargo. De igual manera, cuatro años antes militares irrumpen en su casa y se llevan preso a su esposo, por  varios años. Lo anterior trae como resultado su única obra en prosa, una crónica sobre la dictadura titulada “Viaje a Salto”−publicada en 1987−. En 1983, a causa de un accidente de tránsito pierde a uno de sus hijos, lo que la sume en silencio poético por tres años; sólo hasta 1986 publica “Destrucciones”.
En 1985, una vez terminada la dictadura, es restituida en el Liceo. Cabe anotar que mientras retornaba a la docencia oficial continuó con su labor intelectual, dedicándose a traducir textos griegos, por ejemplo, obras de Odyseas Elyttis. En la actualidad dicta clases de literatura inglesa y francesa en un instituto de enseñanza privada. También ha traducido textos del francés y del inglés.
En cuanto a su estilo se encuentra que su obra aboga por un lenguaje sencillo, pero profundo. Asimismo, sus poemas recogen la cotidianidad de lo doméstico con el fin de proponer una resignificación fenomenológica y de invitar a Ver de manera consciente. Tanto Platón como San Anselmo y Lucrecio se encuentran latentes en su obra. Hay un interés por crear poemas que funcionen como proyecciones de imágenes de lo cotidiano, lo que sugiere la intención de plasmar cómo lo poético aparece en la vida diaria. El tiempo en este caso funciona a través de instantes. Cabe anotar que Maia no se interesa por componer una poesía del sentimiento por lo que tampoco aparece un yo lírico instalado; más bien le otorga voz a la realidad. 

0 comentarios:

Publicar un comentario